El camino del animador. El trabajo

 

 

 

 

Las carreras de nuestros dos personajes habréis podido ver que son muy completas, pero cada uno ha decidido especializarse en un aspecto concreto del largo camino de creación de una obra animada.

 

Por un lado Hilari se ha especializado en ámbito de la producción. Esta posición es un pilar fundamental en un proyecto de animación, puesto que gracias a él, el proyecto establece sus metas realistas en función del dinero y del tiempo disponible. Producción se encarga de organizarlo absolutamente todo, porque sin un calendario, unos objetivos y un orden, una producción de animación seria un completo caos. 

 

"La rentabilidad se mide siempre con tiempo y con dinero"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En su experiencia como productor ha podido comprobar cómo se siente al embarcarte en un proyecto de producción propia, en la que tu implicación es mucho mayor, en comparación con un tipo de producción bajo demanda.

 

"Los proyectos de producción propia implican un aprendizaje brutal a nivel de relaciones con televisiones, con grupos financieros, con ministerios, como gestionar subvenciones [...], este tipo de producciones generan dolor de cabeza"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por otro, tenemos a David, que a pesar de que ha trabajado en muchos ámbitos decidió dedicarse más concretamente en el Stortyboard.

 

"Decidí dedicarme más en exclusiva a los storys porqué me encantaba la narratividad y la creatividad. Con un story puedes imaginarte un guión en imágenes y traspasarlo al papel"

 

Para los Kuaderneros que queriais introduciros en el mundo de los Storyboards, pensad que no es un trabajo que se basa simplemente en leer y dibujar lo que se lee. Sino que debes tener tanto una gran capacidad imaginativa y un buen dibujo, como unos conocimientos importantes del lenguaje cinematográfico.

 

No obstante, en ninguna parte todo es de color de rosa. Le hemos pedido a David que es lo peor de su trabajo. Y a pesar de que a él le encanta, ha encontrado un aspecto negativo:

 

 

 

 

 

 

 

David, como animador freelance, conoce muy bien su trabajo, y sabe dónde trabajar y cómo trabajar. Su estilo es diferente al de un animador asociado a una productora concreta. Es un estilo de vida mucho más libre, pero a su vez es menos seguro. Le preguntamos sobre los pros y los contras.