Una arte, una forma de ver el mundo, un lenguaje, una expresión plasmada… y la lista de enumeraciones podría ser infinita. Acercarnos a este término y a lo que ello nos supone no es tarea fácil. Abrir un libro y señalar la parte ilustrada puede resultar sencillo, pero describir la palabra no lo es tanto. Salimos a la calle, para que la gente nos dé su particular objeción sobre la ilustración.
La RAE recoge en su diccionario como segunda acepción del término ilustración: “Estampa, grabado o dibujo que adorna o documenta un libro”. Diez vocablos que podrían concentrar parte de la verdadera esencia. Pero quizás quienes mejor lo sepan explicar, no sean los lingüistas que determinaron estos diez vocablos, sino quienes viven inmersos en los mundos ilustrados.
LA VISIÓN DEL EXPERTO
Araceli Costales, es una ilustradora con más de 30 años de experiencia que actualmente dirige el centro de ilustración Visions.
Para ella, el dibujo es la base de la ilustración y esta está más cerca de la comunicación que del mundo artístico pues resulta una parte del mundo de la imagen que a diferencia del arte en general tiene la función de documentar información. La información que documenta resulta mayormente en forma de texto, aunque no necesariamente. Por tanto, no cualquier imagen creada es ilustración: sólo es ilustración aquella imagen que cumple la función de comunicar algo en relación a otra cosa.
En este sentido, un cuadro que está en una galería no es ilustración, es simplemente un cuadro que no dispone de un contenido significativo más allá de lo que le quiera conferirle el propio pintor. Un cuadro en sí mismo sería una obra que no representa a nada y a nadie y él sólo ya puede condensarlo todo, mientras que la ilustración sería parte de otra cosa.
Irene Díaz